La primera nevada de la temporada ha quedado atrás. Temperaturas cercanas a cero. Eso no significa que tengas que quedarte en casa. Solo hay que aprovechar este clima. El frío del invierno es bueno para la figura, la belleza y el estado de ánimo. ¿Qué más podrías querer?

Quemamos calorías

El frío activa el llamado tejido adiposo pardo: favorece la quema de calorías. Así es como nuestro cuerpo usa la energía para mantenerse caliente. Esto es una ventaja si queremos hacer deporte, por ejemplo, usando camisetas quemagrasas que favorecen la sudoración.

Prevenimos contagios

Parecería que saliendo al frío, podemos tener una nariz mocosa lo antes posible . Sin embargo, al quedarnos en casa, limitamos nuestro contacto con el sol, como resultado, el cuerpo produce menos vitamina D. Y esto tiene un efecto positivo en nuestra inmunidad. Así que no renunciemos a los paseos invernales, sobre todo cuando luce el sol.

Es menos probable que tengamos tristeza

En su mayoría por la misma razón que la anterior. Existe una fuerte evidencia de que la deficiencia de vitamina D está asociada con un mayor riesgo de depresión. Pero el movimiento en el aire fresco del invierno también nos hace segregar más hormonas de la felicidad: endorfinas, adrenalina, serotonina y dopamina. Baste decir que se ha demostrado científicamente que los esquiadores son más felices que otras personas…

Tiene un efecto calmante sobre el dolor muscular

La baja temperatura reduce la inflamación y el dolor. Para averiguarlo, basta con mirar, por ejemplo, un estudio dirigido por Christophe Hausswirth. Demostró que la acción de la temperatura muy baja (la llamada crioterapia) ayuda a regenerar los músculos después del entrenamiento de manera más efectiva que el calentamiento por infrarrojos o el descanso ordinario.

Tiene un efecto calmante sobre el dolor muscular

Como en el caso de la crioterapia, el aire frío mejora la microcirculación, gracias a la cual las capas externas de la piel se oxigenan mejor y se regeneran más rápido. Sin embargo, la exposición excesiva a temperaturas muy bajas puede dañar la piel y resecarla. Por eso, cuando vayamos a pasar más tiempo con el frío, utilicemos una crema protectora.

Con todo esto, sin embargo, hay que recordar que las heladas no siempre son buenas para nuestra salud. Puede afectar negativamente a las personas con problemas circulatorios cuando nos vestimos de forma inadecuada para el clima o la actividad, y a los ancianos, que tienen más riesgo de hipotermia , es decir, un estado de reducción excesiva de la temperatura interna del cuerpo, que los jóvenes. Sin embargo, en la gran mayoría del invierno, ¡no debemos tener miedo!