Bélgica es un pequeño país ubicado en el corazón de Europa, que alberga una riqueza de curiosidades y encantos que cautivan a sus visitantes. Desde su fascinante historia hasta su vibrante actualidad, Bélgica es un destino que combina a la perfección la tradición y la modernidad. Durante siglos, la región que ahora conocemos como Bélgica estuvo bajo el control de diferentes imperios y estados. Desde la dominación romana hasta la influencia de los francos y los borgoñones, la región experimentó una serie de cambios políticos y culturales.

En el siglo XIX, Bélgica se independizó y se convirtió en un país soberano. Su independencia se consolidó tras la Revolución Belga de 1830, que llevó a la separación de los Países Bajos y a la creación del Reino de Bélgica. Durante este período, Bélgica se convirtió en un centro industrial y experimentó un rápido desarrollo económico. En la actualidad, Bélgica es un país próspero y multicultural que desempeña un papel importante en la Unión Europea. Su capital, Bruselas, es sede de las principales instituciones de la UE y alberga una gran comunidad internacional.

Esta región es conocida por su excelencia en campos como la arquitectura, el arte, la gastronomía y la moda. La influencia belga en el arte se puede apreciar en los famosos pintores como René Magritte y Pieter Bruegel el Viejo. Además, el país es famoso por su deliciosa cocina, que incluye especialidades como los mejillones con papas fritas, el chocolate belga y las cervezas artesanales. En este artículo, exploraremos algunas curiosidades sobre Bélgica que probablemente llamen tu atención.

Los pitufos fueron inventados en Bélgica

Los Pitufos, esos adorables personajes azules que han cautivado a generaciones, tienen sus raíces en Bélgica. Fueron creados por el ilustrador belga Pierre Culliford, conocido como Peyo, en la década de 1950. Peyo, junto con su colaborador Yvan Delporte, dio vida a estos pequeños seres azules en una serie de cómics llamada “Les Schtroumpfs” en francés, o “Los Pitufos” en español. La historia de estos personajes se desarrolla en un pueblo ficticio escondido en el bosque, donde los Pitufos viven en armonía y enfrentan diversas aventuras.

El éxito de los cómics de los Pitufos fue tal que se expandieron a través de la animación, las películas y la mercadotecnia, convirtiéndose en un fenómeno internacional. El encanto y la simplicidad de los Pitufos han conquistado los corazones de niños y adultos en todo el mundo. Bélgica se enorgullece de ser el lugar de nacimiento de estos icónicos personajes. Estos seres se han convertido en un símbolo de la creatividad y su legado continúa vivo hasta el día de hoy, con nuevas adaptaciones y producciones que mantienen viva su popularidad. El merchandising de los pitufos es inmenso, existiendo numerosas figuras de los pitufos, peluches de los pitufos y un sinfín de productos más de estos simpáticos personajes azules.

Es un país muy diverso

Una de las curiosidades de Bélgica más relevantes es el reconocimiento por su gran diversidad. A pesar de su tamaño relativamente pequeño, alberga una variedad de culturas, idiomas y tradiciones que coexisten en armonía. Esta diversidad es el resultado de su historia y ubicación geográfica. Bélgica se compone de tres regiones principales: Flandes, Valonia y la Región de Bruselas-Capital. Cada una de estas regiones tiene su propio idioma predominante: flamenco en Flandes, francés en Valonia y bilingüe (flamenco y francés) en la Región de Bruselas-Capital.

Además de los idiomas oficiales, también se hablan otras lenguas en diferentes áreas del país, como el alemán en la comunidad germanófona y el luxemburgués en algunos municipios. La diversidad cultural de Bélgica se refleja en su gastronomía, tradiciones y festividades. Cada región tiene sus propias especialidades culinarias, como los famosos mejillones con papas fritas en Flandes y los platos de caza en Valonia.

Asimismo, el país es conocido por su amplia variedad de cervezas artesanales, que van desde las cervezas trapenses hasta las cervezas de abadía. También celebran una multitud de festividades a lo largo del año, que reflejan tanto sus raíces religiosas como su espíritu festivo. Desde el famoso carnaval de Binche hasta las coloridas procesiones de Semana Santa y los mercados navideños.

Producen muchísimo chocolate

El país ha ganado una reputación por la calidad y la exquisitez de sus productos de chocolate, convirtiéndose en un verdadero paraíso para los amantes del dulce. La tradición chocolatera en Bélgica se remonta al siglo XIX, cuando los chocolateros belgas comenzaron a experimentar con diferentes técnicas y recetas para crear auténticas delicias de chocolate. Desde entonces, el país ha sido reconocido como líder en la industria chocolatera, siendo hogar de numerosas marcas y chocolaterías de renombre.

Lo que distingue al chocolate belga es su compromiso con la calidad y la artesanía. Los chocolateros belgas utilizan ingredientes cuidadosamente seleccionados y siguen métodos tradicionales de producción para garantizar el sabor y la textura excepcionales de sus creaciones. Además, la creatividad y la innovación están presentes en las variedades de sabores y las presentaciones elegantes que ofrecen.

Como una de las dulces curiosidades de Bélgica, esta nación también es famosa por sus pralinés, bombones rellenos de diferentes cremas y sabores, que se han convertido en una especialidad distintiva de la chocolatería belga. Estos pralinés se elaboran con maestría y se presentan en cajas elegantes, convirtiéndolos en un regalo popular y apreciado en todo el mundo.

El primer rascacielos del mundo fue construido en Bélgica

Por extraño que parezca, Bélgica tiene el honor de haber construido el primer rascacielos del mundo. Se trata del Edificio Boerentoren, ubicado en la ciudad de Amberes. Construido en 1929, este impresionante edificio de veintiséis pisos marcó un hito en la arquitectura al ser el primero en superar significativamente la altura de los edificios circundantes.

El Boerentoren fue diseñado por los arquitectos Jan Vanhoenacker, Emiel Van Averbeke y Joseph Smolderen, convirtiéndose en un símbolo de innovación y progreso en su época. Su estilo arquitectónico combina elementos neorrenacentistas y art decó además, su fachada ornamentada y detallada es una muestra de la habilidad y la atención al detalle de los constructores.

Este rascacielos histórico, que mide aproximadamente 97 metros de altura, sirvió como un hito significativo en el desarrollo de la arquitectura de rascacielos en todo el mundo. Su construcción marcó el camino para futuros edificios de gran altura que se convertirían en características icónicas de las ciudades modernas. Como otra de las curiosidades de Bélgica, la edificación que le supero posteriormente fue construida en 1940 bajo el nombre Terazza Martini en Génova, Italia.

Su periodo de educación obligatoria es bastante extenso

Los niños en Bélgica deben asistir a la escuela desde los seis años hasta los dieciocho años. Este enfoque en la educación obligatoria refleja la importancia que se le otorga al desarrollo académico y personal de los estudiantes. Se busca proporcionarles una base sólida de conocimientos y habilidades que los preparen para su futuro y les brinden oportunidades de crecimiento y éxito.

El sistema educativo belga se divide en diferentes etapas, incluyendo la educación infantil, la educación primaria y la educación secundaria. Cada etapa tiene sus propios objetivos educativos y programas de estudio adaptados a las necesidades y capacidades de los estudiantes en cada etapa de su desarrollo. Además, otra de las curiosidades de Bélgica es que cuenta con una amplia red de instituciones educativas, tanto públicas como privadas, que ofrecen una variedad de enfoques pedagógicos y oportunidades de aprendizaje.

La educación obligatoria prolongada en Bélgica busca fomentar el pensamiento crítico, la creatividad y el desarrollo integral de los estudiantes. Además de los aspectos académicos, se pone énfasis en el desarrollo de habilidades sociales, el aprendizaje colaborativo y la formación de ciudadanos responsables y comprometidos con la sociedad.

Es la sede de unos de los festivales de música más grandes del mundo

El país europeo es sede de algunos de los festivales de música más grandes y populares del mundo. Estos eventos atraen a miles de fanáticos de la música de todas partes y ofrecen una experiencia única e inolvidable. Uno de los festivales más destacados es Tomorrowland, un festival de música electrónica que se celebra anualmente en la ciudad de Boom.

Considerado como uno de los mejores festivales de música electrónica del mundo, Tomorrowland atrae a renombrados DJ y artistas internacionales como Dead Mouse o Skrillex, así como a una multitud de fanáticos diversos. Además de Tomorrowland, Bélgica también es conocida por otros festivales de renombre, como Rock Werchter, Pukkelpop y Dour Festival. Estos eventos reúnen a una amplia variedad de géneros musicales y ofrecen actuaciones en vivo de artistas nacionales e internacionales, creando una vibrante atmósfera de celebración.

Además, estos festivales no solo se centran en la música, sino que también ofrecen una amplia gama de actividades, como áreas de comida, arte, espectáculos visuales y experiencias interactivas. Bélgica se enorgullece de su papel como anfitrión de estos festivales de música de renombre mundial, que han ganado reconocimiento internacional por su organización impecable y su capacidad para reunir a amantes de la música de diferentes culturas y nacionalidades.

Las patatas a la francesa en realidad son bélgas

Aunque se les conoce comúnmente como “papas a la francesa”, las papas fritas en realidad tienen sus orígenes en Bélgica. Este delicioso y popular acompañamiento culinario ha sido una parte integral de la gastronomía belga durante siglos. La historia cuenta que en el siglo XVII, los belgas solían freír pequeños trozos de papa como acompañamiento a los platos principales. Estas papas fritas se convirtieron rápidamente en un éxito y se extendieron por toda Bélgica.

En la Primera Guerra Mundial, los soldados estadounidenses que estaban estacionados en Bélgica probaron las papas fritas y las llevaron de vuelta a Estados Unidos. Debido a que la mayoría de los soldados hablaban inglés y creían que estaban en Francia, llamaron a las papas fritas “french fries” en inglés. Desde entonces, el nombre se ha mantenido y se ha extendido internacionalmente.

Sin embargo, las papas fritas belgas se distinguen por su textura crujiente por fuera y tierna por dentro. Además, se sirven con una variedad de salsas, como la famosa mayonesa belga, que complementan su sabor y las hacen aún más irresistibles. Hoy en día, Bélgica es reconocida como uno de los mejores lugares para disfrutar de auténticas y deliciosas papas fritas. Las friterías belgas, conocidas como “friteries” o “fritkots”, son sitios donde cualquier puede disfrutar de estas sabrosas curiosidades de Bélgica.

Tienen la ciudad más pequeña del mundo

Otra de las curiosidades de Bélgica es que este es el hogar de la que se considera la ciudad más pequeña del mundo: Durbuy. Esta encantadora localidad se encuentra en la región valona de Bélgica y ha ganado reconocimiento por su tamaño compacto y su encanto pintoresco. Durbuy es conocida por sus calles adoquinadas, casas históricas y arquitectura medieval bien conservada.

Aunque es pequeña en tamaño, la ciudad ofrece una gran cantidad de encanto y belleza, lo que la convierte en un destino turístico popular para aquellos que buscan sumergirse en la atmósfera de un auténtico pueblo belga. Explorar Durbuy es como adentrarse en un cuento de hadas. Los visitantes pueden pasear por sus estrechas calles, descubrir encantadoras tiendas y boutiques, disfrutar de la deliciosa gastronomía local y maravillarse con los paisajes naturales que la rodean.

A pesar de su diminuto tamaño, Durbuy alberga una gran cantidad de eventos y festivales a lo largo del año, que atraen a visitantes de todas partes. Estos eventos incluyen mercados navideños, festivales gastronómicos y actividades al aire libre, que resaltan la rica cultura y tradiciones de la región. Durbuy es un testimonio de que la grandeza no siempre se mide por el tamaño. Aunque es la ciudad más pequeña del mundo, su encanto, historia y ambiente acogedor la convierten en un lugar verdaderamente especial.