El mercado del automóvil representa uno de los sectores en los que el desarrollo tecnológico crece a mayor velocidad, al existir una gran cantidad de marcas en competencia que buscan desarrollar las últimas innovaciones. Durante años, una de las apuestas que más disparidad ha generado es la implementación de los coches automáticos, es decir, los coches que pueden encargarse por sí solos de subir y bajar automáticamente la marcha sin necesidad de la aplicación de un cambio manual.

La utilización de los coches automáticos no ha experimentado un crecimiento sustancial en Europa en los primeros años de siglo, pero, en los tiempos más recientes parece ser que ciertas marcas están apostando por estos modelos. Esto se debe principalmente al desarrollo conjunto de los coches autónomos, vehículos robóticos que pueden conducirse por si mismos, teniendo las mismas capacidades humanas de manejo y control. En este caso, hablamos de un futuro a medio-largo plazo, hasta poder conseguir que este tipo de vehículos se apruebe en todo el mundo, y, que los sistemas de control avancen a la identificación total de la ruta, los obstáculos y las señalizaciones existentes.

No obstante, en este artículo vamos a hablar de las ventajas y desventajas de los coches automáticos, así como de la capacidad de una persona acostumbrada al uso de un coche manual para aprender y adaptarse a un coche automático. Si visita copart.es podrá encontrar una gran selección de vehículos automáticos, los cuáles, como veremos a continuación, se adaptarán rápidamente a un conductor acostumbrado al uso de coches manuales.

¿Qué son los coches automáticos y como funciona la transmisión automática?

En primer lugar, debemos ver que son los coches automáticos y como funciona el sistema de transmisión automática en estos vehículos. Los coches automáticos son modelos de automóviles que pueden encargarse por sí mismos del cambio de marcha, subiendo y bajando la marcha automáticamente, conforme el coche se mueve.

Este tipo de sistema de transmisión automática suele funcionar de manera hidráulica, usando un acoplamiento fluido y una serie de engranajes con un convertidor que hace las veces de embrague. En definitiva, el conjunto del cambio automático está formado por 4 componentes esenciales, el convertido de par, los engranajes, el conjunto de válvulas hidráulicas, y, la bomba hidráulica.

La palanca de cambios

La palanca de cambios de un coche automático es la principal diferente que existe entre los coches automáticos y los coches manuales. Por un lado, los coches manuales poseen una palanca de cambios con distintas velocidades, numeradas del 1 al 5/6, y, contando con un sistema de marcha atrás. Por otro lado, los coches automáticos carecen de números en su palanca de cambios, teniendo solamente 4 letras que indican los modos del coche: P de parking, R de marcha atrás, N de punto muerto, y, D, de drive, modo en el que se conduce de manera habitual este tipo de vehículos.

En primer lugar, la «P» de Parking proporciona al vehículo un alto grado de seguridad que evita que se mueva cuando está estacionado, combinándose con el sistema de freno de mano. A continuación, la «R» de marcha atrás o reverso permitirá al conductor llevar el coche en dirección opuesta. La «N», de punto muerto o neutro permite dejar el coche sin que se engrane ninguna marcha, utilizándose para que el vehículo sea remolcado por ejemplo. Para finalizar, la «D» de drive es el modo de conducción, que cambia automáticamente las marchas, adaptándose a la marcha adecuada sin la necesidad del cambio manual del conductor.

Los pedales

La segunda gran diferencia de un coche automático y un coche manual es la ausencia de pedal del embrague en los coches automáticos. En los coches automáticos se utiliza únicamente el pie derecho para operar el freno y el acelerador, no utilizándose en ningún momento el pie izquierdo al no existir embrague.

Ciertas personas podrían pensar en usar el pie derecho para el acelerador y el pie izquierdo para el freno al tener un pie libre, pero, esto carece de sentido lógico. Esto se convierte en un grave error, al no tener una referencia cómoda en la conducción. Además, en caso de combinar de manera regular coches automáticos y coches manuales, podría producir una situación muy peligrosa en caso de equivocación.

Desventajas de los coches automáticos

A pesar de la comodidad de no tener que realizar cambios de marchas, reduciendo considerablemente la dificultad en la conducción, existen algunas desventajas del uso de coches automáticos. La principal desventaja viene ligada al consumo de combustible, ya que, los coches automáticos tienden a gastar más que los coches manuales, más aún en ciudad, al no poder conducir con marchas «largas». Es habitual conducir con marchas más altas para consumir menos combustible en determinadas ocasiones, pero, los coches automáticos viven bajo una limitación en este sentido.

No obstante, algunos coches automáticos incorporan 4 marchas extra para paliar este problema. Estos coches permiten utilizar una marcha «S», short, con cambios de marcha más bruscos y revolucionados, «L», long, con cambios de marchas más cortos para fuertes pendientes, «M», manual, para realizar un control manual de alguna marcha específica, y, «W», winter, que permite una arrancada más suave con nieve en invierno.

ventajas de los coches automáticos

Las ventajas principales de los coches automáticos están ligadas a la seguridad, pudiendo dedicar una mayor atención al tráfico, al reducir la necesidad de una coordinación tan específica entre manos y pies. La conducción de coches automáticos es muy fluida, permitiendo no tener que estar pendientes de las marchas o el embrague, colocando el coche en modo «D» antes de salir, y, dejándolo en «P» al aparcar.

Además, a nivel mecánico, el motor funciona de un modo más suave, al igual que los discos y pastillas de freno, prolongando su vida útil.