La salud bucodental es un componente fundamental del bienestar general, y, aunque a menudo se le resta importancia hasta que aparecen molestias, mantener una boca sana influye directamente en la calidad de vida. Por tanto, visitar al dentista con regularidad no solo permite prevenir enfermedades, sino también identificar y tratar a tiempo problemas que, si se dejan avanzar, pueden complicarse y requerir intervenciones más complejas o costosas. En este contexto, lo mejor es recurrir a profesionales, como la Clínica Marcet i Moret de dentista en Barcelona, que ofrece tratamientos adaptados a las necesidades de cada paciente.

Cabe mencionar que existen numerosos tratamientos dentales, pero algunos son más frecuentes que otros y se consideran parte del día a día en las consultas odontológicas. Conocer cuáles son estos procedimientos, en qué consisten y cuándo conviene realizarlos ayuda a perder el miedo al dentista y evitar urgencias innecesarias. La clave está en actuar antes de que el dolor u otros síntomas hagan que el problema sea mayor. En este artículo repasaremos los siete tratamientos dentales más comunes, explicando de forma sencilla en qué consiste cada uno, qué lo hace necesario y qué esperar del procedimiento.

Limpieza dental profesional

La limpieza dental, también conocida como profilaxis, es uno de los tratamientos más comunes y recomendados por los dentistas. A diferencia del cepillado diario, esta limpieza se realiza con instrumentos específicos para eliminar el sarro acumulado, la placa bacteriana y las manchas superficiales que no desaparecen con la higiene casera. Se trata de un procedimiento rápido, indoloro y básico para prevenir enfermedades periodontales.

Se recomienda realizar una limpieza dental al menos una vez al año, aunque en personas con encías sensibles, ortodoncia o predisposición a la acumulación de sarro, puede ser aconsejable hacerlo cada seis meses. Durante la sesión, el odontólogo o higienista dental revisa el estado de las encías, elimina el sarro con ultrasonidos, realiza un pulido con pasta especial y, en algunos casos, aplica flúor para reforzar el esmalte. Todo esto ayuda a mantener dientes limpios y encías sanas. Este tratamiento no solo mejora el aspecto de los dientes, sino que también previene caries, gingivitis y mal aliento. Además, permite detectar a tiempo cualquier anomalía bucal, como pequeñas caries o inflamaciones.

Empastes

Los empastes, también conocidos como obturaciones, son el tratamiento más común para las caries dentales. Cuando una caries perfora el esmalte y llega a la dentina, es necesario eliminar el tejido dañado y rellenar la cavidad con un material que devuelva al diente su forma y función. Los empastes pueden realizarse con distintos materiales, como composite, amalgama o cerámica, aunque hoy en día el composite es el más utilizado por estética.

Este tratamiento se realiza en una sola visita, es rápido y suele necesitar solo anestesia local si la caries está avanzada. El dentista limpia la zona afectada, desinfecta y coloca el material restaurador, moldeándolo para que encaje perfectamente con la mordida del paciente. Una vez endurecido, se pule para que quede suave y funcional. Este empaste evita que la caries siga avanzando, protege el nervio dental y permite conservar la pieza sin dolor ni complicaciones. Los empastes son necesarios cuando se detecta una caries en fases iniciales o medias. Algunos signos que pueden indicar la necesidad de este tratamiento son sensibilidad al frío o al azúcar, dolor leve o la aparición de manchas oscuras en el diente.

Endodoncia

La endodoncia, comúnmente llamada tratamiento de conductos, se realiza cuando una caries o una infección ha alcanzado la pulpa dental, es decir, el tejido interno donde se encuentran los nervios y vasos sanguíneos del diente. En estos casos, el dolor suele ser intenso y constante, y si no se actúa a tiempo, puede derivar en la pérdida de la pieza dental. El objetivo de la endodoncia es limpiar el interior del diente y sellarlo para evitar futuras infecciones.

Este procedimiento se lleva a cabo bajo anestesia local y puede requerir una o varias sesiones, según la complejidad del caso. El dentista accede al interior del diente, retira la pulpa dañada, limpia los conductos radiculares con limas especiales y los sella con un material biocompatible. Una vez finalizado el tratamiento, es habitual reconstruir la corona con un empaste o una funda, para restaurar completamente la funcionalidad y estética del diente tratado. La endodoncia está indicada en casos de dolor intenso, sensibilidad persistente, abscesos o fracturas profundas que exponen el nervio.

Blanqueamiento dentaL

El blanqueamiento dental es uno de los tratamientos estéticos más solicitados en las consultas odontológicas, teniendo como objetivo aclarar el tono de los dientes y eliminar manchas causadas por el café, el tabaco o el simple paso del tiempo. Aunque existen productos de venta libre, el blanqueamiento realizado por un profesional garantiza mejores resultados y mayor seguridad para el esmalte y las encías.

En este sentido, existen varios métodos de blanqueamiento: en clínica, con luz LED o láser, y en casa, con férulas personalizadas y geles blanqueadores. El procedimiento se adapta a cada paciente, evaluando el tono inicial, el estado del esmalte y los resultados deseados. Un tratamiento profesional puede aclarar varios tonos en una sola sesión y, si se complementa en casa, prolongar el efecto durante meses. La clave está en seguir las recomendaciones del dentista y evitar hábitos que manchen los dientes.

Ortodoncia

La ortodoncia es el tratamiento indicado para corregir dientes mal posicionados, problemas de mordida o alteraciones en el desarrollo óseo de la mandíbula. Más allá del componente estético, una correcta alineación dental mejora la masticación, la higiene oral y previene problemas como el desgaste dental, la caries o las molestias en la articulación temporomandibular. Por ello, se ha convertido en un tratamiento común tanto en adolescentes como en adultos.

Cabe mencionar que existen diferentes tipos de ortodoncia según las necesidades del paciente. Los brackets metálicos tradicionales son los más conocidos, pero también hay opciones más discretas como los brackets cerámicos, linguales (que van por detrás de los dientes) o los alineadores transparentes. La elección dependerá del tipo de maloclusión, del presupuesto y del estilo de vida del paciente. La duración del tratamiento varía entre 12 y 36 meses, según la complejidad del caso. Este tratamiento es recomendable cuando se observan apiñamientos, mordida cruzada, dientes rotados o separación entre piezas.

Extracciones dentales

La extracción dental es el procedimiento mediante el cual se retira un diente de su alveolo. Aunque se intenta siempre conservar las piezas dentales, hay casos en los que la extracción es inevitable por motivos de salud. Las razones más comunes incluyen caries muy avanzadas, fracturas irreparables, infecciones recurrentes, enfermedad periodontal o falta de espacio, como ocurre con las muelas del juicio.

La extracción se realiza bajo anestesia local y suele ser un procedimiento rápido. En dientes sencillos, se afloja la pieza con instrumentos específicos hasta que se retira. En casos más complejos, como muelas retenidas o fracturadas, puede ser necesaria una cirugía menor para acceder al diente. Tras la extracción, el dentista proporciona instrucciones para la recuperación, que incluye reposo, evitar alimentos duros y mantener una buena higiene sin irritar la zona. En este proceso, es importante acudir al dentista si se presenta dolor intenso, inflamación, infección o movilidad dental anormal. En algunas ocasiones, la extracción es parte de un tratamiento ortodóncico o preparatorio para colocar implantes. Aunque pueda generar ansiedad, es un procedimiento seguro y controlado que, cuando se realiza correctamente, alivia el dolor y previene problemas mayores.

Implantes dentales

Los implantes dentales son una solución eficaz para reemplazar dientes perdidos. Estos implantes consisten en una pequeña pieza de titanio que se inserta en el hueso maxilar y actúa como raíz artificial sobre la que se coloca una corona, puente o prótesis. Este tratamiento permite recuperar tanto la estética como la funcionalidad de la boca, ofreciendo una alternativa duradera y natural frente a las dentaduras removibles tradicionales.

El proceso de colocación de un implante se realiza en varias fases. Primero, se evalúa si hay suficiente hueso para soportar el implante mediante radiografías o escáneres. Luego se realiza la cirugía para insertar el tornillo de titanio, y tras un periodo de cicatrización de entre 3 y 6 meses, se coloca la prótesis definitiva. En algunos casos, se puede realizar la carga inmediata del implante, acortando los tiempos del tratamiento. Asimismo, en los últimos tiempos se han implementado opciones como los implantes All on Four, una novedosa técnica que consiste en restaurar toda la dentadura, ya sea la superior y/o la inferior, mediante cuatro implantes colocados de forma específica.